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imagesCuando tomamos conciencia de uno mismo, de quien soy, comenzamos a entender lo extenso, ilimitado y maravilloso que es nuestra existencia. Cuando experimentamos y sentimos este despertar, comprendemos que la vida tiene un propósito mayor que el de vivir con miedos, apegos y  limitaciones. Cuando somos conscientes en cada instante de esto se nos abre una nueva perspectiva de la realidad y esto nos a ayuda a seguir caminando y avanzando espiritualmente.

Entender el sufrimiento propio y ajeno, es una lección de vida. Dejar atrás culpas, promesas no cumplidas, pactos y rencores, sin enjuiciar ni culpar a nadie, nos conduce al perdón, y es a través de este como sanamos y asumimos con libertad, la responsabilidad de todo lo que acontece en nuestra vida. Cuando nos perdonamos los unos a los otros surge un amor incondicional, ilimitado, completo y podemos disfrutar de relaciones felices y plenas. Por tanto,  las consecuencias de nuestros actos pasados se diluyen y se superan.

El respeto hacia uno mismo y a los demás nos hace comprender que no somos ni mejores ni peores que nadie, tan solo unos tienen más experiencia que otros y por tanto se puede, a través de la sabiduría que hay en ella, resolver y sanar situaciones y vivencias con ausencia de amor. Cuando todo esto sucede, nos abrimos a la compasión y a la tolerancia, sabiendo que cada cual tiene que aprender una lección en cada etapa de vida para por fin recordar el Ser de luz, paz y amor que somos.

Cada día, cada instante tenemos la oportunidad  de solucionar y sanar aquellas circunstancias o relaciones  que hemos vivido en esta vida o en otras vidas (si tenemos esta creencia), que nos han producido  dolor y que afectan directamente a este presente.

El Reiki es una técnica maravillosa de sanación que nos puede ayudar a armonizar los lazos de des-unión con familiares, amigos…, pero si, primeramente, no estamos concienciados o no queremos sanar estos lazos  y no somos conscientes de que toda la responsabilidad recae sobre uno mismo y no del exterior, y además,  no tenemos el propósito, la voluntad de llevar a cabo esto, considero que es muy difícil que se dé una sanación completa.

Tan solo cuando sé qué soy, hacia dónde voy y tengo la disciplina, la constancia, las herramientas,  para alcanzar mi objetivo de Amor y re- unión con esas relaciones  es cuando podemos pensar que la paz, la sanación se puede dar.

A través del Reiki se puede trabajar todo esto pues es un camino hacia la paz interior. Desde mi sentir, creo que lo ideal es que estés iniciado en segundo o tercer nivel de reiki  pues así, trabajarías directamente sobre ti mismo.

Para ello utilizas el símbolo Sei He Ki (segundo nivel de reiki) que opera en la  sanación emocional y mental y por tanto orientado a eliminar miedos, conflictos, recuerdos de la infancia, adicciones, etc. Cuando estés  muy bloqueado emocionalmente puedes usarlo en los chacras; cuarto y tercero pues  en ellos se encuentran principalmente, las emociones. También da muy buenos resultados realizar sencillos  decretos, concentrándonos en aquellas personas o situaciones con las que queramos estar en paz, por ejemplo: “yo vivo en amor con esta persona” “En mi relación con (di su nombre) hay armonía “, etc.  Siempre recomiendo decretar en positivo y en presente pues es en el  ahora donde se haya nuestra existencia.

También se utilizaría el símbolo Hon Sha Ze Sho Ne, que significa “Una conciencia correcta es el origen de todo”, quiere decir que la Unicidad es la forma de sanarnos pues te conviertes en uno con el receptor. Cuando comprendemos que somos Uno y ya no nos vivimos en separación, dejas de culpar a los demás y comprendes que Todo eres tú.  La energía no tiene fronteras y puede ir a cualquier situación que ya hayamos vivido o estemos viviendo en el presente. Este símbolo trabaja sobre los chakras; quinto, sexto y séptimo o coronario, pues es una llave de acceso a nuestros registros akásicos.

Un ejercicio sencillo para sanar una experiencia dolorosa que hayas vivido es, además de la visualización, el de  coger una fotografía con las personas involucradas en esa situación a sanar, una carta  u otra cosa que te pueda ayudar y trazas el símbolo Hon Sha Ze Sho Ne sobre el papel o si es una visualización, sobre la imagen mental.

Si estás iniciado en tercer nivel o maestría, el uso del símbolo “Dai Ko myo” es fundamental pues se puede decir que es “la cura del alma” y por tanto está más relacionada con el cuerpo espiritual. Este símbolo significa “Gran plenitud” (traducción de Hyakuten Inamoto) y con ello te haces uno  con la Luz como fuerza sanadora y para alcanzar la plenitud. Además este símbolo potencia la acción de los otros dos anteriores. Lo utilizamos en la cabeza, desde la frente hacia la nuca.

En caso de que no estuvieras iniciado se puede realizar a través de un terapeuta iniciado en reiki, sabiendo en todo momento que este es solo un canal de Amor y que es, a través de la energía universal como podemos sanar.

El Amor es la fuerza más potente y poderosa del universo. Cuando hay Amor, el perdón y la sanación van de la mano.

Te animo a soltar pesares y sufrimientos que no son partes de tú naturaleza original. Te animo a que te posiciones en el único camino de vida posible, el del Amor, y es entonces cuando sentirás la Paz.

Perdonémonos.

Liberémonos.

Gracias por Ser y Estar.

http://www.tutiendareiki.com

REIKI: SANANDO LAZOS FAMILIARES, RELACIONES…